FARC-leider Ivan Marquez weigert zitting te nemen in de Colombiaanse Senaat. Hij doet dat nadat een ander lid van de FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), Jesus Santrich, werd gearresteerd.
Volgens Marquez is het vredesakkoord geschonden door de regering.
'Ik vind dat de Colombiaanse vrede is geschonden door de regering. Niet omdat nog niet alles in is waargemaakt, dat kost tijd, maar omdat de Colombiaanse regering het akkoord heeft aangepast', zei Marquez in een brief (zie hierna).
Marquez zou samen met tien andere FARC-leden zitting nemen in de Senaat. Dat was een onderdeel van de vrede die in 2016 werd getekend. Benkos Bioho van de FARC neemt de plaats van Marquez in.
Santrich is opgepakt, omdat hij in de Verenigde Staten is veroordeeld voor drugshandel in het afgelopen jaar.
Alle misdaden die FARC-leden hebben begaan voor het vredesakkoord worden door een speciale rechtbank behandeld. Alles wat daarna is misdaan valt onder het gewone recht in Colombia.
'Carta Abierta de Iván Márquez
Tres circunstancias se interpusieron insalvables en
mi posesión como senador de la República este 20 de julio en
desarrollo del Acuerdo de Paz.
La primera de ellas, es el montaje judicial o
entrampamiento urdido por el Fiscal General y la DEA que hoy tiene
injustamente tras las rejas a Jesús Santrich y entre la vida y la
muerte al proceso de paz. El Fiscal hundió el puñal de sus
resentimientos en el corazón de la confianza y en el propio corazón de
la inmensa mayoría de los guerrilleros.
La segunda, es la impresionante desfiguración de la
JEP que hoy hace irreconocible esa Jurisdicción comparada con el texto
original firmado por las partes en La Habana. No hay antecedentes
próximos en el planeta tierra en el que un acuerdo de paz, luego de
firmado y celebrado por los plenipotenciarios de las partes, haya sido
modificado al antojo de personas interesadas, ajenas a esa
construcción.
La tercera circunstancia es que no se ve por
ninguna parte la determinación de cumplir con asuntos esenciales del
acuerdo como la Reforma Política, sin la cual no habrían condiciones
para el tránsito de la rebelión armada a la política legal. Es
inconcebible que 5 años después de aprobado el primer acuerdo parcial
sobre tierras, estas no se hayan formalizado o titulado a favor de los
campesinos que actualmente las poseen. Sin menospreciar el rol de la
incompetencia de ciertos funcionarios del Estado, el ciudadano de a pie
percibe también que tiemblan de pavor frente a los latifundistas y
despojadores de tierras.
(Suriname Mirror/Vanguardia/Nu.nl)
Aun respira en la gran mayoría la esperanza de
salvar este proceso de paz que nos puso a todos a soñar la Colombia del
futuro. Es necesario volver al texto original del Acuerdo firmado en
La Habana y que fuera depositado ante el Consejo de la Federación Suiza
como un Acuerdo Especial del artículo 3 de los Convenios de Ginebra, y
posteriormente ante NNUU como una declaración unilateral de Estado. El
Acuerdo de Paz es hoy Documento Oficial del Consejo de Seguridad, lo
cual genera para Colombia una obligación internacional de cumplimiento.
Siento que la paz de Colombia está atrapada en la
redes de la traición, y no tanto porque no se haya materializado lo
acordado -que requiere unos tiempos para su concreción-, sino por las
modificaciones introducidas que desfiguraron el acuerdo. El Acuerdo que
hoy nos muestran no es el que firmamos en La Habana. Los artífices
locos de ese Frankenstein son el Fiscal General, algunos parlamentarios
asustados con la paz y la verdad, la Corte que como veleta cambia sus
decisiones según los vientos políticos, y el propio Gobierno. ¡Pacta
Sunt Servanda! Los acuerdos son para cumplirlos.
Quiero agradecer al profesor Jairo Estrada la
antorcha de sus reflexiones que siempre alumbran el camino de la
política y donde me invita a asumir como senador de la República este
20 de julio. En el mismo sentido, de gran impacto fue también para mí
la carta de Gustavo Petro llena de humanidad, de fe en el rol de
nuestra juventud en la construcción de la Colombia del futuro. Gracias,
muchas gracias a los dos. Seguiré trabajando día y noche sin cesar por
la consolidación de la paz de Colombia, por el cumplimiento de lo
acordado, por la reincorporación social y económica de los guerrilleros
en los ETCR, sin inseguridad jurídica para nadie, así sea evadiendo
insólitos operativos militares lanzados por el comando del ejército
contra mí y contra Oscar Paisa, decisión que le importa un comino o no
tiene en cuenta que hay de por medio un acuerdo para la terminación del
conflicto.
Pido a las organizaciones sociales y políticas del
país mantener en alto el estandarte de la paz, sin desfallecer. La paz
es el más elevado de todos los derechos y sin él no seremos nada como
nación. Seamos sus misioneros. No permitamos que las obstrucciones
señaladas echen a perder el más extraordinario logro de Colombia en las
últimas décadas.
Que el caso Santrich y la perfidia o traición del
Estado al acuerdo de Paz no se nos conviertan en el detonante del
retorno a la confrontación. No podemos permitir que se nos queme el pan
en la puerta del horno. Nos más trampas concebidas para sabotear la
paz.
Iván Márquez'
Iván Márquez'
(Suriname Mirror/Vanguardia/Nu.nl)
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